¡Hola!
Bueno aquí vengo con otro fan-fic, esta vez de Fruits Basket [Yuki Tohru] again xD.
El ultimo no me salió muy bien que digamos, así que voy a intentarlo otra vez, pero no prometo nada, ok? xD. Es One-Shot, lo que significa que es un fan-fic autoconclusivo de un solo cápitulo.
Titulo: Journey
Summary: Es el cumpleaños de Tohru i los Sohmas quieren hacerle una fiesta sorpresa. ¿Podra Yuki decirle lo que siente a Tohru?
Nota: No utilizare las terminaciones -san, -chan ,-kun, etc.
Disclaimer: Nada de esto me pertenece, los personajes, lugares, etc, son de Natsuki Takaya.
Míos sólo son las situaciones y la historia que me he inventado, jugando con sus personajes.
Manga: Tienes que haberte leido cómo minimo hasta el Tomo 12. Sí no, te tragaras Spoilers.
Cap. 1
Era una mañana clara, soleada y en la casa de la família Sohma reinaba la paz i la tranquilidad.
- ¡Mierda de Rata! ¿Por que tenias que meterte en mi camino? ¡Estoy hasta la narices de ti!
- Gato Estúpido, que estés tan estresado de buena mañana no es bueno para tu salud, sabes...
-¿Y a mi que me importa eso? ¡Ven y pelea si eres un hombre, afeminado!
La paz no iba a durar mucho la verdad.
Tohru estaba en la cocina preparando el desayuno y mientras los dos chicos estaban arriba discutiendo cómo cada mañana. Shigure había salido, así que sólo estaban ellos tres en la casa.
- ¡No estoy para estas estupideces, mierda de Rata!
Bajo la escaleras corriendo y pasando de Tohru y el desayuno se enfundo en unos zapatos, camino al dojo el mestro.
Vale, eran dos.
Yuki bajo las escaleras con un supiro y saludo a Tohru que ya estaba sirviendo el desayuno para quatro a pesar de ser sólo dos.
Comieron en silencio, haciendo de vez en cuando algún comentario suelto. No era un silencio incomodo, era el silencio que pueden compartir dos personas sin nesecidad de hablar de cosas banales, un silencio complice.
Al terminar Tohru se levanto para lavar los platos, pero Yuki tambien cogio algúnos.
-Dejame que te ayude- pidío con su habitual tono amable.
-Oh, no, no hace falta Yuki, me acogisteis aquí a cambio de que hiciera las tareas y no consiero justo que...
-Tranquila Tohru, no pasa nada por que te ayude un poco.
Tohru asintio inquieta aunque la verdadera razón de su negacion, era que con lo torpe que era Yuki, los platos corrian serio riesgo de terminar echos añicos.
Los lavaron lentamente en la cocina. Tohru los lavaba y Yuki los secaba. En un momento dado la mano de Yuki rozo levemente la de Tohru y ambos se sonrojaron furiosamente. Ningúno de los dos vio cómo el otro lo hacía porque ambos tenian la mirada gacha pero aun así sintieron verguenza.
Al terminar, Tohru subió a su habitación y Yuki también subió a la suya propia.
Una vez que ambos estuvieron separados por la seguridad de las puertas, Tohru se puso a ordenar su habitación con tal de hacer algo para dejar de pensar en Yuki.
Mientras,Yuki se veia en la misma situación. El también nesesitaba sacar a Tohru de sus pensamientos, al menos durante un rato. El mismo se había ofrecido a preparar la "sorpresa" de Tohru junto con los demas Sohmas, Saki y Arisa .
Segun el plan que habían trazado entre todos,Yuki debía mantener a Tohru distraida lejos de la casa, durante un par de horas al menos. Se habían esforzado mucho para darle una gran "sorpresa" a la chica que tanto los había ayudado y había cambiado sus vidas.
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Tohru estaba sumida en hondas reflexiones cuando oyo tres golpes rapidos en la puerta. Se había sentado en la cama dejando la escoba a un lado, al encontarse con una vieja gorra verde. Los recuerdos empezaron a aflorar en su interior, al recordar al chico que se la había dado tanto tiempo atrás.
.:Flashback:.
Se sentía triste y sola en aquel pequeño rincon en la calle.
Volviendo del colegio camino a su casa se había perdido y echaba mucho de menos a su madre y un buen plato de arroz. No sabía la hora aun, pero tenía la sensación de llevar muchas horas allí, acurrucada y muerta de frío.
Entonces, lo vio.
Era un niño de su misma edad más o menos, de cabellos plateados y que llevaba una gorra verde que le cubria parte de la cara. Cuando alzó la cabeza y la miro, Tohru sintío una extraña sensacion en su interior que la impulsaba a confíar en el, a pedirle ayuda. Tenía la certeza de que el la ayudaría.
Se levanto con las extremidades entumecidas y avanzó un par de pasos hacía el chico que echo a correr rápidamente. Tohru le fue siguiendo durante un buen rato y cada vez que se caia, el chico la esperaba para luego echar a correr otra vez cómo si quisiera que la siguiera
Tohru confiaba en aquel chico, queria creer que la ayudaría a llegar a casa.
Entonces el chico se detuvo y girandose hacía ella la miro un momento con sus grandes ojos violetas, para luego ponerle la gorra y decirle:
-Lo has echo muy bien.
Entonces echo a correr cómo alma que lleva al diablo y cuando Tohru fue a salir tras el, oyo una voz más que familiar llamandola.
-¡¡Tohru!!
Se giro con lagrimás en los ojos y se abrazaron efusivamente. Por fin estaba con su madre de vuelta.
-Cariño,¿Dónde has estado?
-Me perdí, pero un chico con gorra me trajo hasta aquí.
-Te prometo que no dejare que te vuelvas a perder nunca más- le dijo Kyoko aun llorando.
La niña asintió algo ausente porque tenía la curiosa sensación de que volvería a ver a ese chico tarde o temprano.
.: Fin Flash back:.
Tohru salió de sus pensamientos cuando oyo la dulce voz de Yuki llamandola desde el otro lado de la puerta.
-Tohru,¿estas ahí?
-Sí, ahora salgo.
La morena salió de su habitación para encontrarse con un sonriente Yuki que la esperaba apoyado en la pared.
-¿Sí?-pregunto ella.
-Ahora me iba a la base secreta y me preguntaba si querrias venir.
-¡Claro que sí!
Bajaron las escaleras, y enfundandose los zapatos salieron de la casa.
Fueron por el camino, riendo y comentando las cosas que habían pasado en los ultimos días. Cuando llegaron a la base Tohru soltó una esclamación de alegria.
-¡Mira, Yuki! ¡Las fresas ya se pueden recojer!
El peliplateado sonrió divertido y se agacho junto con Tohru para empezar a trabajar en el jardín.
Cuando ya llevaban aproximadamente una hora y media trabajando pesadas gotas de lluvia empezarona caer del cielo empapandolos.
-Vaya fastidio- mascullo Yuki levantandose junto con Tohru.
Entonces, se vio el destello brillante de un rado y el ruidoso trueno vino despues. Tohru soltó un chillido y se abrazó a Yuki inconscientemente enterrando la cara en su pecho durante un par de segundos justos, antes de que el chico se convirtiera en una pequeña rata de color gris claro.
-¡Oh, Yuki! ¡Lo siento tanto! Yo…yo…es que, los truenos me asustan y...y…
-Tohru, tranquilízate ¿vale? No pasa nada, todo el mundo le tiene miedo a algo en particular, no te sientas mal.- intento calmarla el Nezumi*.
En ese momento se transformo, haciendo que Tohru se girara violentamente tan colorada, que podría competir con un tomate y saldría ganando.
Yuki se vistió pese a tener toda la ropa empapada y después de poner una mantas sobre las plantas para protegerlas, cogió a Tohru de la mano y corrieron hacía la casa para guarecerse de la lluvia, cuando recordó las palabras de Haru “No puedes traer a Tohru hasta las 20:00, como mínimo”.
Soltando una maldición por lo bajo cambió de dirección y fue hacía el bosque, a un sitio que aunque el conocía muy bien, Tohru no.
-¿Yuki, adonde vamos?- preguntó Tohru confusa y los dientes castañeándoles.
- A una lugar especial, la casa no es una opción viable ahora.- respondió.
Finalmente llegaron a una pequeña cabaña no muy alejada de la base a unos 200 metros, era de madera y tenia cierto encanto. Cuando entraron Tohru vio que sólo tenía una habitación, estaba amueblada con un sofá, un armario grande, una estantería llena de libros y una cocina muy pequeña en buen estado, cómo si alguien viviera allí. Yuki encendió un par de velas y las puso por la cabaña.
-Yuki… ¿Qué es este lugar?- preguntó Tohru aun castañeando.
-Un día paseando cerca de la base encontré esta cabaña abandonada y la arregle cómo pude para que fuera habitable. Es cómo mi rincón secreto, la base es mi lugar favorito, pero esto es mucho más cómodo.- terminó sonriendo.
Entonces se dio cuenta de lo empapados que estaban y además de que se estaba helando, la blusa de Tohru era blanca y empezaba a transparentar….
Yuki se puso a rebuscar en el armario ,encontrando unos pantalones suyos y un jersey blanco, que con algo de suerte le irían. Junto con una toalla blanca se los lanzó.
-Deberías secarte y cambiarte. Vas a pillar un resfriado.- le señaló.
Tohru se dio cuenta de cómo estaba y le pidió a Yuki que se diera la vuelta sonrojada.
Se quitó la ropa a la velocidad del rayo, se seco cómo pudo y se puso la ropa que le había dado Yuki. Tuvo que doblar un poco tanto los pantalones cómo el yérsey, pero ya no sentía frío. Cuando Tohru se giró, Yuki también se había cambiado y llevaba unos pantalones azul marino y una camisa blanca.
Tohru se asomó a la ventana y fuera el temporal no hacía más que empeorar.
Se sentó en el mullido sofá blanco (n/a: Qué fijación he cogido con el blanco, ¿eh? xD) y Yuki también se sentó a su lado mirándola fijamente.
-¿A que te referías antes?- pregunto la castaña de sopetón.
-¿eh?- dijo Yuki, parpadeando. Tohru tenía la sensación de haber cortado algún hilo de sus pensamientos.
-Cuando has dicho que no podíamos volver a casa porque no era una opción viable, ¿a que te referías?- preguntó curiosa.
El Nezumi trago saliva e intento disimular pero no pudo engañar a Tohru.
- No puedo decírtelo.- dijo tragando saliva al recordar las palabras de Arisa “Cómo le digas algo, sacare la barra de hierro…*voz terrorífica*”.
-Oh. Bueno, no pasa nada, no hace falta que lo hagas- respondió la morena sonriendo con dulzura.
Yuki no pudo evitar sonreír, también. Esa era una de las cosas que más le gustaban de Tohru.
Su sonrisa, su sinceridad, su dulzura y su capacidad de comprenderlo sin reprocharle o pedirle nada a cambio. Desde que habían vuelto de las vacaciones en la casa de playa de los Sohma, Yuki había empezado a ver a Tohru cómo algo más que una madre.
Sus sentimientos cada vez crecían más y pese a que ya se había declarado a Tohru ella no lo pudo comprender bien, además en aquel momento declaraba que la quería cómo una madre no cómo una mujer.
-Yuki- la llamó ella sacándole de sus pensamientos.
-¿Sí?- preguntó el aludido sonriendo. Su voz era la más hermosa música para el.
- ¿Puedo coger alguno de esos libros?- preguntó señalando la estantería.
-Claro- respondió el peliplateado.
Tohru se levanto del sofá y se acerco a la estantería para ver que tenía. Rebuscando entre los títulos hubo uno que le llamo la atención.
Cogió el libro y se sentó otra vez al lado de Yuki.
-¿Qué lees?- preguntó Yuki curioso.
La morena se ruborizo levemente, haciendo sonreír a Yuki inconscientemente. Cerro el libro que había abierto para que leyera el titulo y Yuki sonrió aun más al verlo.
“La tragedia de Romeo y Julieta”
-Es uno de mis favoritos- dijo Tohru alegremente.
-También es uno de mis favoritos- dijo Yuki.
La castaña que se había sentado a su lado, en posición india, bastante cerca, se apoyo en al hombro de Yuki sin darse cuenta y el peliplateado no le dijo nada, a el también le gustaba la posición.
Yuki fue leyendo la historia junto con Tohru y cerca del final la morena no pudo contener las gruesas lágrimas que resbalaron por sus mejillas.
Yuki se las limpió con los dedos acariciando su cara con las yemas de los dedos. Ninguno de los dos dijo nada y cuando acabaron el libro, Yuki paso el brazo por los hombros (con cuidado de no transformarse) de Tohru apretándola más junto a el y acariciándole el pelo.
- Yuki.- susurro Tohru
-¿Sí?- preguntó el también susurrando.
-¿Crees en el amor verdadero? El amor por el cual uno es capaz de hacer grandes locuras, de morir.
- Sí. Sin lugar a dudas.
Tohru se giro para mirarle sentándose frente a el y estuvieron largos minutos mirándose fijamente. Esa mirada fue suficiente para los dos. No hizo falta más para saber lo que sentían el uno por el otro. Yuki alzó la mano muy lentamente y acarició la cara de Tohru con suavidad. La joven cerro los ojos disfrutando del roce y cuando los abrió la cara de Yuki estaba a escaso centímetros de la suya, con su dulce olor rodeándola.
El Nezumi le cogió el rostro con ambas manos y entonces, lentamente, muy lentamente sus labios se acercaron a los suyos hasta que al final se rozaron levemente para luego unirse en un dulce beso.
Después de un par de segundos de estar besándose, Tohru le echo los brazos al cuello a Yuki y el la recostó contra el brazo del sofá, besándola con más pasión. Entonces se paro y antes de seguir besándola Yuki dijo las palabras mágicas.
-Te amo, Tohru.
-Yo también te amo Yuki.
Y volvieron a seguir besándose.
Lo que no se esperaban era el publico que iban tener.
Mientras estaban en plena actividad “besucona” la puerta se abrió lentamente (ellos ni se dieron cuenta) para dar paso a Haru, Kisa, Hiro, Shigure, un muy cabreado Kyo, Kagura, Ayame, Hatori, Ritsu, Kureno, Saki y Arisa que los miraron con los ojos cómo platos. Cómo ellos no se daban cuenta y seguían, tuvieron que recurrir a Ayame.
-¡Querido, hermanito!- dijo casi gritando- ¡Me llenas de orgullo al ver lo rápido que has crecido! Hoy, es el día que…
Yuki y Tohru se habían separado bruscamente al oír la voz de Ayame más colorados que un pimiento rojo. Yuki le echo un vistazo al reloj y se dio cuenta de que la había fastidiado. Eran las 21:00 y ya no llovía.
-¿Q..que hacéis todos aquí? – preguntó Tohru con un hilo de voz.
- Veras, le dijimos al “Príncipe” que te tuviera entretenida un par de horas, pero desde luego.. ¡no de esta forma!.- casi grito Arisa.
-¿Traigo la barra de hierro?- preguntó Saki.
Al ver cómo la rubia asentía, Yuki trago saliva.
-¿Cuánto tiempo lleváis ahí? – preguntó el peliplateado consiguiendo sacar la voz.
-Bueno, llevamos una hora, mirando por la ventana y 5 minutos parados aquí en la puerta, tranquilos, cuando os cambiabais nos hemos girado.- dijo Shigure alegremente.
-Cómo no venias decidimos salir a buscaros y oímos voces que venían de aquí- continuó Haru, tan tranquilo.
- Y cuando llegamos tuvimos curiosidad y nos quedamos a mirar.- acabó Kagura.
Yuki y Tohru estaban sonrojados a más no poder y miraban el suelo cómo si fuese la cosa más interesante del mundo. Aunque sus manos seguían entrelazadas fuertemente.
-Hay algo que me ha llamado la atención.- comento Hatori- Yuki, en ningún momento te has transformado.
Todos se miraron entre sí sorprendidos de no haberse dado cuenta de ese detalle antes y Yuki al comprender aquellas palabras, se dio cuenta de que su maldición…se había roto.
Las lágrimas corrieron por su cara, al sentirse al fin libre.
Y lo primero que hizo fue abrazar a Tohru con fuerza, estrechándola contra el. La alzó en volandas y se puso a dar vueltas en la habitación riendo con lágrimas en los ojos. Bajo a Tohru y la beso apasionadamente en los labios sin importarle que los demás estuviesen allí. Todos sonreían felices de que Yuki hubiese roto su maldición y se hubiese declarado en un mismo día ¡Todo un lote!. Ayame y Shigure se sonrieron entre sí. Luego le chincharían para hacerlo rabiar, en ese instante no era el momento. Cuando se separo de Tohru le dijo en voz baja:
-Feliz cumpleaños.
-¡Es verdad! Hoy era mi cumpleaños- dijo la despistada de Tohru dándose cuenta.
Todos rieron y apagando las velas de la cabaña, salieron rumbo a la casa de Shigure para celebrar la fiesta.
Yuki y Tohru iban los últimos. Yuki la abrazaba por la cintura y Tohru recostaba la cabeza en su hombro. Mientras caminaban Tohru alzó la vista para contemplar las brillantes estrellas del cielo y lo supo con certeza.
Era el mejor cumpleaños de su vida.
Nota de la autora: ¡Hey! ¿Os ha gustado? La verdad es que tenía muchas ganas de hacer algo sobre esta parejita, a mi nunca me ha ido el Kyo Tohru. Sinceramente a mi me gusta cómo me quedo, pero quiero vuestra opinión. Si os gusta haré una secuela, así que ya sabéis, dejadme “coments”¡Ah! Y recordad que soy muy nueva en esto, si no os gusta o tal, con los “coments” me ayudarais a mejorar ^^.
Besos
Apri
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